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Culpan a jueces penales por aumento de la criminalidad

John Garrido
El aumento de la delincuencia en la región latinoamericana según un reciente estudio se debe en gran parte a que jueces penales trancan de manera preventiva a los imputados y sancionan con penas cortas a delitos menores.
El artículo publicado en el periódico digital de yahoo- noticias y escrito por el destacado periodista latinoamericano De Boris Leonardo Caro bajo el titulo “Por qué la economía y el crimen han crecido juntos en América Latina” en el cual el autor hace un análisis de cómo el crecimiento y descrecimiento de la economía en la región tiene un impacto en el auge o disminución de la delincuencia y la criminalidad.
El citado autor presenta varios factores que inciden en la delincuencia. Uno de esos factores es el de la inequidad social. De acuerdo con este elemento económico y social el mismo es uno de los motores de la violencia. Para el programa de naciones unidas para el desarrollo, 10 de los 15 países con peor distribución de la riqueza pertenecen a América Latina.
La desigualdad crea un espacio adecuado y fértil para que el crimen se desarrolle.
Las personas quieren sentirse incluida, no excluida de la modernidad y la nueva economía. Señala la publicación con datos estadísticos científicos que solo el 24% de las muertes violentas se juzgan y terminan en prisión definitiva.
Por su parte, indica el estudio, que otros factores que aportan también al aumento de la criminalidad en nuestra América Latina son la compra de jueces y policías mal pagados por parte del crimen organizado. A si como, el disminuido presupuesto económico para cumplir con sus funciones que poseen las instituciones encargadas de proteger a los ciudadanos, y las cantidades de armas homicidas que salen de los arsenales del ejército y la policía. La corrupción es otro de los temas que permiten dicho crecimiento de la delincuencia apunta el citado periodista.
Finalmente este interesante trabajo apunta a que uno de los grandes elementos que contribuyen a la expansión y auge del delito se debe a los tribunales. Los jueces penales contribuyen de otra manera al auge de la delincuencia. Las abarrotadas cárceles latinoamericanas albergan miles de jóvenes condenados por delitos menores que pasan a ser estudiantes o alumnos de la escuela del crimen.
La región reporta el peor índice de hacinamiento en las prisiones y la tasa más alta de homicidios en esos centros penitenciarios. 
Es numerosa la doctrina y lo que se ha escrito sobre las cárceles de América Latina de que las mismas son una especie de universidad, que en vez de hacer que el interno se regenere o reeduque este sale con nuevas técnicas para cometer nuevos delitos. Las cantidades de presos preventivos también contribuyen a que los presos sin condena aumente el número de estudiantes en las cárceles y los mismos adquieran nuevos conocimientos.
Esta situación ha sido retratada por dos grandes doctrinarios cuando afirman:
Eugenio Raúl Zaffaroni, bajo el título de "jaula o máquinas de deteriorar" dice: "La prisión o jaula es una institución que se comporta como una verdadera máquina deteriorante "genera una patología cuya característica más saliente es la regresión". El efecto de la prisión, al que se denomina "prisionalización", sin duda que es deteriorante y sumerge a la persona en una cultura de "jaula" que nada tiene que ver con la vida del adulto en libertad se le priva de todo lo que usualmente hace el adulto o no conoce..."Ese deterioro es permanente y perdura más allá de la cárcel.”
Alessandro Baratta ha dicho que: "...los centros de detención ejercen efectos contrarios a la reeducación y a la reinserción del condenado, y favorables a su estable integración en la población criminal... Las ceremonias de degradación al comienzo de la detención, con las cuales se despojan al encarcelado hasta de los símbolos exteriores de la propia autonomía (la vestimenta y los objetos personales), constituyen lo opuesto a todo eso... la vida en la cárcel, como universo disciplinario, tiene un carácter represivo y uniformante"... Cuando un liberado pone un pie en la calle... el ritmo y los mecanismos psicológicos siguen siendo impuestos por el régimen carcelario" es decir, todo una batería disciplinar que altera gravemente la subjetividad del individuo preso”.


Ojala los jueces penales dominicanos entiendan que mas presos no es menos delincuencia.
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