A Rafael Chaljub Mejía y Fafa Taveras, en la claridad de su madurez.
Por Nelson Marte.- Soy devoto de Jesús y del Che porque coherentes con sus ideas y palabras se inmortalizaron en la prédica con el ejemplo, que me parece el estadio de mayor trascendencia humana, sea usted un Presidente, un médico, un albañil o un barrendero que desempeña el útil oficio de limpiarnos las calles.
Por eso me quito el sombrero ante la demostración que acaban de dar la dirigencia del Partido Revolucionario Moderno y su candidato presidencial, Luis Abinader. Hablan de unidad para el cambio, y han actuado en consecuencia.
No viene a cuenta determinar ahora si fue la doctora Amarilis Herrera, si Abinader inspirado en su determinación de cambio para transformar, o vino la propuesta de la dirigencia perremeísta, en la que destacan la iluminada firmeza de su presidente y secretario general, Andrés Bautista y Chu Vásquez, y en todos ellos el compromiso de Hipólito Mejía con la victoria.
El caso es que teniendo los compañeros del Frente Médico del PRM en Amarilis a una excelente candidata a presidir el Colegio Médico, prefirieron ser cola de león y no cabeza de ratón, y en vez de dividir fuerzas con Waldo Ariel Suero, sacrificaron la candidatura de la compañera en aras de la unidad para ganar.
La decisión unitaria y el contundente triunfo resultante de los médicos favorables al cambio frente al candidato del pacto continuista PLD-PRD, son esenciales para alumbrar el camino de toda la unidad opositora que es necesario transitar para detener en seco las pretensiones continuistas del presidente Danilo Medina y su anillo palaciego.
Detener esas pretensiones de reelegir la continuidad de la debacle de la seguridad ciudadana; desastre de la salud pública y malogramiento de la seguridad social; alto costo de la canasta familiar; el desempleo; los apagones; endeudamiento desbordado e insostenible; corrupción e impunidad, e intolerancia e irrespeto a la sociedad y a la oposición por parte de encumbrados funcionarios danilistas.
Aquí hay una contradicción fundamental o primaria entre continuidad, o cambio. Para algunos quizás el triunfo de Abinader, el PRM y la Convergencia por un Mejor País no sea el cambio químicamente puro que pudieran anhelar.
Pero con toda seguridad abrirá una oportunidad de transición hacia un estadio más avanzado de lo que tenemos ahora. Y abrirá espacios a nuevos cambios.
Abinader ha proclamado que el cambio con el que está comprometido no es un cambio de Luis por Danilo ni PRM por PLD.
Que el que está proponiendo y concertando es un cambio en las prioridades del Estado en favor de la población. Un cambio inspirado en la trayectoria de su familia: de trabajo, honestidad, sencillez y servicio a las mejores causas de nuestro pueblo.
Ya en la paz como en la guerra, en las dictaduras y semi dictaduras y en la conquista de la libertad y la construcción de la democracia, y en el impulso del desarrollo, es el ejemplo de los Abinader y de los Abinader-Corona.
Bajo el liderato opositor de Luis y los líderes y dirigentes de la Convergencia; de Guillermo Moreno, Max Puig, Minou Tavárez, Fulgencio Severino, de Juan Hubieres y del movimiento social y ciudadano, y la determinación popular, ya estamos asistiendo a un cambio.
Hace 4 ó 5 meses la ambición continuista lucía imbatible. Hoy todas las encuestas serias proyectan un escenario de competencia en segunda vuelta. La actual coyuntura, de Luis y la propuesta de cambio subiendo y Danilo y la ambición continuista bajando, “cuesta abajo en su rodada”, seguirá produciendo sinergia, suma de fuerzas cuantitativas y cualitativas.
Como hizo en coyunturas parecidas, la ambición continuista podría estar urdiendo travesuras para perpetuarse en el poder a través de cualquier sórdido recurso de mala ley. Hay que cortarles el resuello a tiempo, uniendo propósitos y fuerzas para la victoria y el cambio.
La unidad opositora para triunfar que han mostrado los médicos, especialmente los del PRM y su dirigencia y liderazgo políticos, constituyen la prédica con el ejemplo. Adelante.
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Saludos a todos