SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Más de un millón y medio de dólares invertidos anualmente durante los últimos 15 años en el sistema de semáforos y aún se mantiene caótico.
Contratos van y vienen con empresas dominicanas y extranjeras que dejan proyectos inconclusos o sencillamente incompatibles y los conductores pagan los platos rotos.
La falta de recursos es el pretexto más frecuente de las instituciones oficiales cuando la población reclama la solución a los problemas de su competencia. La excusa no es válida para los organismos responsables del sistema de semáforos de la capital, en el que el Estado ha invertido unos 30 millones de dólares en los últimos quince años o 1.8 millones por año y su pésimo servicio convierte la ciudad en un solo tapón, para desesperación de los conductores y toda la ciudadanía. El mejor ejemplo del descalabro del sistema ocurrió la semana pasada.
Mientras se proyectan nuevas inversiones millonarias para modernizar el sistema de semáforos, es evidente de que se necesita mayor eficiencia por parte de las autoridades de tránsito, de manera que no se continúe tirando por la borda tanto dinero de los contribuyentes sin que se experimente mejoría en un renglón tan vital de la cotidianidad ciudadana.
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