Tras un descenso a la zona, la Academia de Ciencias y la Comicion Ambiental de la Universidad Autonoma de Santo Domingo (UASD) confirmaron que la llamada carretera clandestina es de unos 70 kilómetros de longitud y no un “simple trillo o camino vecinal” como ha dicho el Ministerio de Medio Ambiente.
En un informe técnico remitido a esta redacción por el ambientalista Luis Carvajal, se informa sobre una inspección en el lugar en la que se tomaron fotografías y entrevistaron a lugareños, comprobando que se trata de una carretera con una anchura normal para dos vehículos.
Reconoce que el trazado la vía no está dentro de los límites de la reserva forestal Loma Quita Espuela, en la cordillera Septentrional, pero advierte que “su construcción y contaminación tendrá impactos sobre esta área protegida”.
Las entidades expresan su preocupación por el hecho de que, dada la magnitud de la inversión, la obra no cuente con permiso ambiental, en franca violación a la Ley 64-00 de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Más preocupación genera el hecho de que el trazado de la carretera atraviesa zonas de alta fragilidad, muy próximo a la referida área protegida, así como a la reserva natural privada El Zorzal, ambas ubicadas en la porción este de la cordillera Septentrional, una de las regiones más lluviosas y sensibles de la República Dominicana.
“Se argumenta que la referida carretera, por no tocar los límites territoriales de la reserva científica Loma Quita Espuela, no provocará daños a los recursos naturales y a las numerosas fuentes acuíferas que nacen en la zona. Nada más incierto, ya que atravesar una cadena de montañas por lugares tan frágiles y vulnerables como esta, irremediablemente acarreará deslizamientos de terrenos, sedimentarán los ríos, arroyos y afectarán la calidad del agua que surten a varios acueductos de la zona”, dice el documento.
Advierte de igual modo, sobre la posibilidad de una vez construida una carretera como esta, se produzcan asentamientos humanos, significando esto, que en poco tiempo habría otras construcciones, como viviendas.
Las entidades sostienen que la obra resulta “peligrosa y no recomendable”, dada la magnitud de la inversión prevista, las pocas y exiguas ventajas y beneficios que de ella se desprenden en comparación con los daños irreversibles a través de la fragmentación todo el ecosistema y el aislamiento del resto de los espacios naturales adyacentes.
“En resumen esta carretera, trazada irracionalmente por esta zona montañosa, impactará negativamente a una de las regiones de mayores riquezas biológicas en la que se conserva una importante muestra de los bosques pluviales de mediana altura que queda en la cordillera Septentrional; es uno de los lugares de mayor pluviosidad de nuestro país y la puerta de entrada de los vientos alisios cargados de humedad. De esta zona nacen varios ríos como el Boba, Riote y Veragua, así como algunos arroyuelos de importancia, que surten de agua a varios acueductos y sostienen la producción arrocera, ganadera y un dato relevante es que mantienen los niveles hídricos de importantes humedales costeros”, concluye el documento.
0 Comments:
Publicar un comentario
Saludos a todos