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El Consejo Nacional Electoral de Venezuela confirmó este martes una super-mayoría cualificada de dos tercios para la oposición en las elecciones parlamentarias del domingo.
Según la información publicada por el CNE en su página de internet, la opositora Mesa de Unidad Democrática obtuvo 109 curules en el voto lista y nominal, a los que hay que sumar tres diputaciones por las circunscripciones indígenas.
El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela se quedó en 55 de los 167 curules de la Asamblea Nacional.
En porcentaje, el CNE informó que la oposición logró un 65,27% de los votos emitidos y el oficialismo un 32,93%.
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Con la mayoría de dos tercios, la oposición tiene la posibilidad de aprobar un proyecto de reforma constitucional que luego debe ser sometido a referéndum o convocar una Asamblea Constituyente.
La nueva Asamblea quedará instaurada el próximo 5 de enero.
También, los 112 diputados pueden emitir votos de censura contra el vicepresidente o los ministros que podrían llegar a suponer su destitución.
Además, a través de un complejo procedimiento, puede designar a los poderes Judicial y Electoral.
Otras potestades de una supermayoría en la Asamblea Nacional son aprobar leyes orgánicas, iniciar investigaciones a funcionaros públicos o autorizar viajes del presidente por más de 5 días.
El líder de la MUD, Jesús Torrealba, le dijo a periodistas que no es prioridad de su formación buscar la deposición del presidente Nicolás Maduro.
“Nuestra prioridad nacional es la reconciliación y segundo lidiar con la situación económica y emergencia social que vive el país”, dijo Torreabla.
Por primera vez en 16 años la oposición controla el parlamento tras unos comicios en los que se vio favorecida por la mala situación económica del país.
Los ciudadanos padecen elevadísimos índices de inflación y tienen que hacer fila durante horas para conseguir bienes básicos por el desabastecimiento.
Para analistas de oposición, la situación se explica por la mala gestión económica del gobierno y sus políticas de control de precios y de cambios.
Maduro, sin embargo, además de reconocer el golpe que suponen los bajos precios internacionales del petróleo, habla de una “guerra ecomómica” desde la oposición.
Y a esa supuesta guerra económica atribuyó los malos resultados del domingo.
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