Desde que se perfiló la reelección de Danilo Medina en la primavera del año pasado –después que lo endiosó la campaña rabiosa contra Leonel por grupos beligerantes de la sociedad civil–, la oposición se percató que no tenía forma de abrirse espacio por vía legítima.
Percibió, sin embargo, que la población se mostraba sensible al sensacionalismo de la denuncia alegre y superficial sobre niveles estrambóticos de corrupción administrativa que excedía cualquier imaginación, y a partir de ahí el resto fue agregar ceros a la derecha.
Lo que más daño hizo fue la cuña del mismo palo: gente aposentada en la estructura judicial del Estado operó como caja de resonancia para proyectarse como flor de fango pensando que ahí hallaría fertilidad a sus aspiraciones políticas… Ahora se paga el error.
Bastaría echar un vistazo a los “análisis objetivos de la prensa imparcial”
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Saludos a todos