.jfif)
Por Ramón Sanchez.-
Por muchos años fui mensajero en la antigua Dirección General de Telecomunicaciones cuyo edificio principal estaba ubicado en la calle Isabel La Católica Esquina Emiliano Tejera en la zona Colonial.
Aunque a diario tenia que visitar la casa de los políticos e intelectuales de la época a mi 21 años no me interesaba mucho conocer la vida de aquellos maestros de la letras y la política, a decir verdad ni siquiera me interesaba leer "La Mañosa" de Juan Bosch ya que según decían sus detractores, el ovejo era un comunista consumado, tampoco tenia interés en conocer la vida de los llamados derechistas encabezado por Balaguer y otros destacados reformistas como lo eran Ramón Fond Bernard, Goico Morales, el historiador Rodriguez Demorizi o el poeta Hector Inchautegui Cabral. Mi mente solo estaba puesta en el Club Salome Ureña y en los intercambios de ajedrez que sosteníamos cada fin de semana con otros clubes de la parte alta de la ciudad sin dejar de mencionar, que junto a mi amigo Ernesto de cuando en vez, este me arrastraba para que participara en algunas reuniones de La Unión Patriótica (UPA). .
Poco después algo me hizo cambiar de parecer ya que me sucedió algo que jamas olvidare, creo que ocurrió en los últimos días del mes de junio del año 73, quizás del 74 fecha en que Don Juan como le llamaban sus amigos celebraba su sesenta y cinco cumpleaños.
Recuerdo que ese día, como era natural el expresidente recibía cientos de telegramas en ese entonces el profe vivía en la Cesar Nicolás Penzon número sesenta y seis, hasta allí me trasladé sobre mi Honda 50, en ocasiones,anteriores había allí una persona que recibía los telefonema, esta vez no vi a nadie a quien entregarles los mensajes, fue por esa razón que opte por tocar la puerta, me extraño que la puerta estaba entrejunta, una trabajadora con unas libras de mas salió y me dijo que el Señor López vendría en un momento no sin antes comunicarle a Don Juan que era un mensajero que traía unos unos telegramas, escuché cuando él dijo recíbelo, el joven dijo que hay que firmar una hoja contesto la mujer, entonces dile que pase… cuando entre, vi aquel señor flaco de ojos verdoso como el campo sentado en una mecedora, los dedos de sus manos eran largos, sin haberme visto nunca me saludó, entre mis manos sentí los huesos de la suya cuando apretó la mía, a seguida le entregué una caterva de telefonema, firme aquí le dije, el hombre se me quedó mirando fijamente y dijo: hágalo usted por mí, y si le sucede algo dígale a su jefe que se lo entregó personalmente a Juan Bosch, y si su trabajo peligra hágamelo saber que de inmediato me presentaré a la oficina y le diré a su superior que yo lo recibí y que le ordené que firmara la hoja de recibo. Al escuchar las palabras de aquel hombre flaco y ojos tan azules como el cielo empece a admirarlo, en poco tiempo devoré la mayoría de sus obras,.Cuando murió asistí a su funeral, lo vi de cerca y tenia el mismo gesto de aquel día cuando estreché su mano. !Que Pena profesor me dije, que pena que tus alumnos no hallan asimilado tu enseñanza! Que pena profesor!
Cuando salí de la casa del profesor, me quedé pensando en lo que me había y en los ochenta pesos que devengaba por un mes de trabajo, estoy expuesto a una sanción y hasta perder el puesto me dije, fue por eso que cuando llegué a la oficina para curarme en salud se lo hice saber al encargado, eso no está bien dijo el hombre, ese hombre es contrario al gobierno, pero es serio, y si el te dijo que lo constatara en caso de necesitarlo, no dudes en acudir de inmediato a su casa, aunque habla muchas pendejada ese señor es un hombre de palabra añadió el jefe... y eso que Don Arturo era un Balaguerista empedernido …
0 Comments:
Publicar un comentario
Saludos a todos