Un agente que había publicado un desgarrador mensaje en Facebook por el crimen de un joven afroamericano, un oficial novato que había sido marine en Irak -igual que el asesino- y un hombre con 24 años en la fuerza de seguridad conforman el trío de víctimas del tiroteo en la ciudad estadounidense. Montrell Jackson, de 32 años, fue uno de los tres policías asesinados el domingo por el ex marine Gavin Long durante una balacera cerca de un cruce de autopistas en la ciudad estadounidense de Baton Rouge, estado de Louisiana.
Jackson, que había sido padre hace apenas cuatro meses, había publicado un desgarrador mensaje en su perfil de Facebook para manifestar sus sensaciones tras el asesinato del joven afroamericano Alton Sterlingdurante un altercado en la mencionada Baton Rouge.
El agente se encontraba atravesando un momento difícil y controversial,siendo un agente de seguridad también afroamericano, y eligió la popular red social para expresarse.
"En uniforme, recibo miradas de odio desagradables, y sin uniforme, algunos me consideran una amenaza", señalaba en la publicación Jackson, quien fue identificado como uno de los tres policías muertos tras el tiroteo de este domingo.
Además, Montrell estaba atravesando un conflicto emocional con el lugar que amaba, según sus propias palabras lo demuestran: "Juro por Dios que me encanta esta ciudad, pero me pregunto si esta ciudad me ama".
En la carta en la que se reconoce "decepcionado" con algunos familiares, amigos y compañeros, Jackson también envió un esperanzador mensaje: "Quiero enviar oraciones a todos los afectados por esta tragedia. Estos son tiempos difíciles. Por favor, no dejen que el odio infecte su corazón. Esta ciudad debe y va a mejorar".
A continuación puede leerse la publicación completa de Jackson:
"Estoy cansado física y emocionalmente. Decepcionado con algunos familiares, amigos y oficiales por algunos comentarios imprudentes, pero sé que lo que está en su corazón está en su corazón. Todavía amo a todos, porque el odio toma demasiada energía y yo no los miraré de la misma manera que ustedes a mí. Juro por Dios que me encanta esta ciudad, pero me pregunto si esta ciudad me ama. En uniforme recibo miradas de odio desagradables y sin uniforme, algunos me consideran una amenaza. He acumulado mucha experiencia en mi corta vida, pero estos 3 últimos días he sido probado hasta la médula. Cuando la gente se pregunta sobre tu integridad, te das cuenta de que realmente no te conocen en absoluto. Miren mis acciones, ellas hablan alto y claro. Finalmente quiero enviar oraciones a todos los afectados por esta tragedia. Estos son tiempos difíciles. Por favor, no dejen que el odio infecte su corazón. Esta ciudad debe y va a mejorar. Estoy trabajando en estas calles por lo que cualquier manifestante, oficial, amigo, familia, o quien sea me vea y si necesita un abrazo o quiera decir una oración, sepa que estoy ahí".
Las otras dos víctimas
El segundo policía asesinado era Matthew Gerald, de 41 años y con menos de un año de antigüedad dentro del Departamento de Policía de Baton Rouge.
Hacía dos semanas había celebrado su cuarto aniversario de matrimoniocon su esposa Dechia. Ambos tenían una hija de tres años y además, Gerald había adoptado otra hija de un matrimonio anterior de su esposa,según la cadena local 4WWL.
El agente novato había sido un marine y jefe del equipo Black Hawk en laArmada de los Estados Unidos durante varios recorridos por Irak.
Stephanie Morgan, una de sus vecinas, dijo que Gerald había llegado al barrio en 2009. "Era un hombre muy bueno. No vas a encontrar algo mejor", aseguró la mujer.
Si bien Gerald había servido en múltiples despliegues en el Medio Orientecon el Ejército estadounidense, era relativamente nuevo en el Departamento de Policía de Baton Rouge. De acuerdo con los registros de la ciudad, se había unido a la agencia en octubre pasado.
Gerald había conseguido su móvil policial hacía unos dos meses, algo por lo cual había dicho que estaba orgulloso.
"Cada vez que no estaba de servicio, Matt lavaba el auto", agregó su vecina.
El tercer policía asesinado el domingo era Brad Garafola, de 45 años y que llevaba una carrera policial de 24 temporadas en la oficina del Alguacil del Este de Baton Rouge, de acuerdo con un vocero citado por la agencia de noticias AP.
El policía tenía cuatro hijos de entre 7 y 21 años, el mayor de los cuales vive en Texas, según dijo su vecina Rhonda Smith.
Apenas media hora antes de que se produjera la mortal balacera, Garafola había concluido su turno de trabajo extra en una tienda comercial.
Ese turno de trabajo había sido el último antes de comenzar sus vacaciones, según reveló su esposa Tonja Garafola.
La mujer aseguró que para su marido asesinado la prioridad número 1 erasu familia. "Él nos ha amado tanto. Siempre se jactaba de su familia".
"Era un gran tipo que no sólo era un gran aplicante de la ley, sino que también era un gran esposo y un buen padre. Él no se merecía esto. Élsiempre ayudaba a todo el mundo", concluyó la mujer.
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