EPO-.Probablemente la mujer que ilustra esta noticia os haya parecido real, incluso sensual o sexual. La verdad es que es una muñeca, una muñeca sexual. Viéndola, atrás quedaron esas muñecas hinchables que provocaban más risa que otra cosa.
Estas muñecas se llaman Datch Waifu y vienen de Japón. Su parecido a una mujer real intimida, pero de real nada. Están elaboradas con látex, vinilo y silicona, poseen un esqueleto metálico, articulaciones y lo único natural es su cabello. Lo que sí se asemeja a una mujer real es que no hay dos iguales. El cliente es quien las personaliza: altura, medida de la cintura, senos, color de piel, trasero y expresión del rostro. Incluso pueden tener voz y sensores de movimiento con respuestas preestablecidas para todo tipo de situaciones. Además, sí el cliente lo desea, puede comprar ropa a sus muñecas, pelucas, maquillaje y toda clase de accesorios.
Desde hace 10 años se producen estas muñecas sexuales en Japón, que tienen gran éxito. Algunas de las razones que alegan sus consumidores son el miedo a contraer enfermedades de transmisión sexual con una persona real, el poco tiempo que se tiene para conocer a gente debido a la gran cantidad de tiempo que pasan trabajando o el poco tiempo que se tiene para estar con la familia, por lo que muchos hombres pierden la capacidad de interactuar con sus esposas y recurren a estas muñecas.
Una pena, ¿no?
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Saludos a todos