CONTACTOS: (809) 661-5205 / (809) 717-7677

E-mail: rabisa24@gmail.com

El día que le estreche la mano a Don Juan.










Por Ramón Sanchez-.




EPO. SANTO DOMINGO.- Por muchos años trabajé como mensajero en la antigua Dirección General de Telecomunicaciones cuyo edificio estaba ubicado en la calle Isabel La Católica a Esq. Emiliano Tejera en la zona Colonial.

Llevar telegramas a distintas personalidades del mundo político, religioso y empresarial era mi labor en esa institución, pero a mis 23 años no me interesaba mucho conocer la  vida de Balaguer ni mucho menos la de Juan Bosch ni la de ningún otro político de los llamados derechistas, ya que para esa fecha un amigo me había enrolado en un movimiento conocido como UPA.

Poco después algo me hizo cambiar de parecer, y ocurrió en los primeros días del mes de junio del año 73, quizás el 74 fecha en que Don Juan como le llamaban sus amigos celebraba su sesenta y cinco cumpleaños.

Recuerdo que ese día, como era natural el ex-presidente recibió cientos de telegramas,  y a mi me correspondió llevárselo,  en ese entonces él vivía en la avenida Cesar Nicolás Penzon número sesenta y seis, hasta allí me trasladé sobre mi Honda 50, al llegar no vi a nadie a quien entregarles los telegramas, fue por esa razón que decidí subir las escaleras, al llegar al segundo piso toqué la puerta, me extraño que no había seguridad, una trabajadora domestica  salió y me dijo que el Señor López vendría en un momento no sin antes comunicarle a Don Juan que un mensajero tenía unos telegramas para él, desde afuera escuché cuando él dijo dile que te lo entregue, el joven dijo que hay que firmar la hoja contesto la mujer, entonces  dile que pase… cuando entre, vi aquel señor flaco de ojos verdosos como el campo, su pelo era blanco como copo de algodón, los dedos de sus manos eran extremadamente largos, sin haberme visto nunca me saludó con cortesía, entre mi mano derecha sentí los huesos de la suya cuando apretaron la mía, como esta don Juan le dije, usted a mi no me conoce para llamarme don Juan, así me llaman mis amigos dijo, a seguida le entregué una caterva  de telefonema, firme aquí le dije, el hombre se me quedó mirando fijamente y dijo: hágalo usted por mí, y si sucede algo dígale a su jefe que se los entregó personalmente a Juan Bosch, y si su trabajo peligra hágamelo saber que de inmediato me presentaré a la oficina y le diré a su superior inmediato que yo se lo ordené. Oiga joven, lo de don era una broma. 

Desde ese día lo admire a pesar de no pertenecer a su parcela política.

Cuando salí de la casa me quedé pensando en lo que había hecho, y en los ochenta pesos que devengaba cada mes, esto puede costarme el puesto me dije. Que vaina, yo que me voy a casar en diciembre murmure.

Cuando llegué a la oficina se lo hice saber al encargado, eso no está bien dijo, pero si te ve amenazado no dudes en  acudir de inmediato a donde Don Juan, ese señor es un hombre  que lo que dice lo cumple…



Share on Google Plus

About Anónimo

Ut wisi enim ad minim veniam, quis nostrud exerci tation ullamcorper suscipit lobortis nisl ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis autem vel eum iriure dolor in hendrerit in vulputate velit esse molestie consequat, vel illum dolore eu feugiat nulla facilisis at vero eros et accumsan et iusto odio dignissim qui blandit praesent luptatum zzril delenit augue duis.

0 Comments:

Publicar un comentario

Saludos a todos