EPO.-En octubre, comenzará en Malasia el juicio por el asesinato de Kim Jong-nam, el hermanastro del líder norcoreano, Kim Jong-un, que el pasado 13 de febrero murió envenenado en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur. Las dos mujeres que cometieron el asesinato fueron detenidas, pero los presuntos organizadores lograron escapar.
Las sospechosas son Siti Aisyah, de Indonesia, y Doan Thi Huong, de Vietnam. La versión oficial indica que fueron reclutadas por agentes de los servicios especiales de Corea del Norte pero, al parecer, ninguna sospechaba que participaría en un crimen.
Una investigación publicada por la revista ‘GQ’ ofrece detalles sobre esas dos sicarias, a quienes podrían haber embaucado para realizar una broma ‘inocente’ que resultó letal.
RECLUTAMIENTO
Siti Aisyah nació en un pequeño pueblo cerca de Yakarta pero, cuando la reclutaron a principios de 2017, trabajaba como prostituta en un hotel de Kuala Lumpur.
Allí habría conocido a un hombre que aseguró que se llamaba James, era japonés y buscaba a chicas a las que pudiera filmar mientras manchaban rostros de desconocidos con lociones, supuestamente para un programa de cámara oculta.
Como esa persona le habría prometido pagar 100 dólares por cada broma —mucho más de lo que ganaba en esos momentos—, Aisyah aceptó la oferta. En realidad, James sería el agente norcoreano Ri Ji-u, quien después habría dejado a la mujer a cargo de Hong Song-hac, un oficial de inteligencia de Corea del Norte.
ENTRENAMIENTO
Durante las siguientes semanas, Siti Aisyah realizó varias chanzas de ese tipo que, en realidad, formaban parte de su entrenamiento para matar a Kim Jong-nam. En un momento dado, sus honorarios se duplicaron y esa mujer realmente consideró que iba a hacer carrera en un programa de televisión e, incluso, se jactaba de sus perspectivas ante sus amigos.
La otra homicida, Doan Thi Huong, habría sido reclutada en Hanói y preparada por separado con métodos similares.
ASESINATO
El 13 de febrero, a Aisyah le habrían señalado su objetivo en el aeropuerto de Kuala Lumpur: un hombre con una mochila. En esa ocasión, trabajaría en pareja. Entonces, el agente habría aplicado una sustancia aceitosa en la mano de cada mujer con las que tendrían que manchar la cara de Kim Jong-nam para después disculparse, alejarse rápidamente y lavarse los restos.
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