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¿Por qué Rusia ha incrementado su presencia en un pequeño país centroamericano?

EPO--MIAMI, FL - Casi cuatro décadas después de que Nicaragua se convirtiera en centro de conflicto en medio de la Guerra Fría entre Washington y Moscú, la Rusia de hoy parece decidida a aumentar su influencia en la nación centroamericana.

Hace apenas un par de días, un medio de prensa nicaragüense elogiaba la consolidación de un programa lingüístico, promovido por la Embajada rusa en ese país y por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, encaminado desde 2004 a enseñar el idioma de Pushkin en el país centroamericano.


Curiosamente hace también dos días, otro espacio informativo se preguntaba para qué han volado a Nicaragua efectivos de tropas de desembarco rusas. Se refería al arribo a Managua, el pasado 3 de abril, de una delegación de la comandancia de ese cuerpo militar que negociaría con el gobierno de Daniel Ortega la realización de maniobras militares conjuntas.

Según la información, unos 100 soldados en diez vehículos de combate ya se encontrarían en el país, como muestra de la reactivación de una colaboración que existió entre ambas naciones desde los tiempos de la Unión Soviética.


“Las maniobras se llevan a cabo para ampliar la colaboración y promocionar nuestra técnica en la región -declaró al periódico Izvestia el analista militar Alexéi Ramm-. En particular, estamos interesados en vender a Nicaragua tanques T-55 y T-72. Ya veremos cómo influyen los ejercicios en este aspecto”.

Sin embargo, el punto delicado de esta inusual situación está en la instalación en un punto estratégico de la capital nicaragüense, con una excelente vista hacia la embajada estadounidense, de un misterioso complejo ruso plagado de antenas y de “dispositivos en forma de globo”, que podría ser una base de inteligencia destinada a vigilar a los vecinos del norte.

La creciente presencia rusa en Nicaragua parece ser el tema principal de un análisis aparecido hace también un par de días en The Washington Post.
“No tengo idea”, aseguró al diario estadounidense una empleada de la agencia de telecomunicaciones nicaragüense estacionada en el sitio. “Son rusos, hablan ruso, y andan con aparatos rusos"."Claramente, ha habido mucha actividad, y está en un momento de alza", declaró un alto funcionario de los Estados Unidos familiarizado con asuntos centroamericanos, quien habló bajo condición de anonimato por lo delicado de la situación.

Antiguos y actuales funcionarios estadounidenses sospechan que estas nuevas instalaciones rusas podrían tener capacidades de "doble uso", particularmente para el espionaje electrónico dirigido hacia Estados Unidos.

En paralelo, analistas de seguridad ven los movimientos militares de Putin en Centroamérica como una posible respuesta a la creciente presencia militar estadounidense en Europa del Este; un modo de mostrar que Rusia también se puede colar en el patio trasero de los Estados Unidos.


Si bien no pocos funcionarios del gobierno de Donald Trump aseguran que aún no están alarmados por la creciente presencia rusa en ese país, sí se mantienen vigilantes. De hecho, algunos diplomáticos estadounidenses enviados recientemente a Nicaragua tienen conocimientos del ruso y experiencia en Moscú.

The Washington Post señala que la oficina del presidente nicaragüense Daniel Ortega, así como sus ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa, además de la policía local, se negaron a responder sus interrogantes sobre este tema. De igual manera, la Embajada de Rusia en Managua tampoco contestó.

En el terreno económico, Rusia ha intensificado últimamente sus vínculos con varios países, entre los que destaca México y Brasil.

Apenas Daniel Ortega fue reelecto en 2006, después de 16 años fuera del poder, Rusia comenzó a hacerse presente, sobre todo a través de donaciones de trigo y sorgo, autobuses y vacunas para Nicaragua, uno de los países más pobres del hemisferio occidental.

“La cooperación económica ha sido una fachada”, declara Roberto Orozco, director ejecutivo del Centro de Investigación y Análisis Estratégico, un grupo de expertos radicado en Managua. "Lo que los rusos realmente querían era una presencia militar activa".

En 2015, el parlamento nicaragüense, de mayoría sandinista, aprobó una resolución que permite a los buques de guerra rusos atracar en sus puertos, así como patrullar sus aguas.

Seguidamente, Rusia comenzó a suministrar vehículos blindados de transporte de personal, aviones y lanzacohetes móviles, además de 50 tanques T-72 que Ortega hizo desfilar por las calles de la capital.



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