A la edad de 7 años sufre la pérdida de su padre, por lo que su niñez y adolescencia fue difícil y complicada, su madre tuvo que trabajar para levantar la familia y sacar las niñas hacia delante. Siendo adolescente se inscribió en una escuela de costura donde aprendió a coser y a hacer todas las labores que en esa época se consideraba que una mujer debía de aprender.
Allí conoció a la maestra de artes manuales Julia López mediante la cual conoce a la célebre institutriz María Antonieta Sagredo quien llegaría a significar mucho en la vida de América Urbino. En dicha casa funcionaba una sociedad que se llamaba Fomento Parroquial de la cual formó parte muy activa, esta sociedad se encargaba de confeccionar todos los ornamentos para la iglesia, flores, manteles, etc.
Cuando María Sagredo se enteró de que América no tenia estudios se ofreció a ayudarla y comenzaron el sexto grado, luego se fueron integrando más estudiantes. Al terminar la primaria continuaron con el bachillerato para inmediatamente seguir los cursos de pedagogía, que la llevo a obtener el título de Maestra de Primera Enseñanza. Además del ingles, aprendió el francés, así como clases de música y pintura.
En una ocasion mi maestra Nidia Murray me contó que aunque la señorita América era de carácter fuerte le gustaba las fiestas, era un joven alta y delgada, fue pedida en matrimonio y estuvo bien cerca de casarse, pero por causa desconocida esa relación se termino.
Después de la muerte de su madre le ofrecieron impartir docencia en el poblado de Veragua un paraje bien lejos de su pueblo natal, ella aceptó.
Después de la muerte de su madre le ofrecieron impartir docencia en el poblado de Veragua un paraje bien lejos de su pueblo natal, ella aceptó.
Fue recibido por un señor llamado Don Pablo, el cual la alojó en su casa. La escuela empezó en una enramada que fue cedida por el mismo don Pablo. América nunca había vivido en el campo, por lo que al inicio fue una experiencia muy dura.
Independientemente de eso, se entregó sin reservas, puso alma, vida y corazón en su nueva función de maestra.
Poco a poco a base pequeñas contribuciones, la buena voluntad de hombres como Virgilio Brown y justo Gomez, se levantó la escuela que hoy lleva su nombre. Allí América clavó clavos, y puso tablas de palmas, en fin, hizo de todo y gracias a Dios terminaron la tan anhelada escuela para la comunidad.
América Urbino prestó sus servicios además de Veragua en: Cuesta Barrosa, Verdun, Bejuco Blanco, Sosúa y en Santo Domingo.
Aunque tuvo una hija a la que llamó Olga, la historia no conoce con exactitud, en que año nació la niña, ni el nombre del padre.
América Urbino disfrutaba la fiestas de fin de año, al igual que las fiestas patrias que jamás se dejaban de celebrar sin sus himnos correspondientes, veladas, excursiones, reinados, paradas, etc.
Es algo que le ha dejado honda huella a sus antiguos alumnos, padres, amigos y en toda la región.
En esa época los maestros tenían que estudiar agricultura, América Urbino obtuvo su diploma. El huerto en Veragua, así como el jardín eran muy bien comentados por los inspectores de educación.
Durante sus años de educadora utilizo muchos métodos, los cuales le dieron éxito en sus clases de aritmética, historia y geografía.
Son muchas las cosas que pudiéramos escribir de su vida, como maestra fueron tantos los episodios vividos durante sus largos años en el magisterio que en estas líneas no podemos abarcar.
“Trabajen con afán por lograr llevar la instrucción y el desarrollo general a esos seres que les han sido confiados y que un día deberán dar cuenta a la patria y a la sociedad, con su labor del aprovechamiento que ustedes cosecharan”. si alguien tiene una foto de America Urbino por favor agregar.
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Saludos a todos