Por Ramón Sanchez
Hace una cuantas noches fui a llevar a mi esposa al aeropuerto de Las Américas, cuando cogí la curva del puente Juan Carlos noté que una gran oscuridad reinaba en el lugar, solo los famosos ojos de gato señalaban la ruta, en principio pensé que solo era en el área del puente, pero no, la oscuridad se mantuvo hasta llegar a la terminal aeroportuaria.
Luego de permanecer por una hora y 32 minutos en la terminar tomé la ruta de regreso, eran las 2:45 de la madrugada, la misma oscuridad me hizo compania durante todo el trayecto, 25 kilómetros mas o menos.
Ya en la casa me dije, sera posible que en una vía donde se invirtieron tantos millones de pesos no haya una sola bombilla encendida por si se presenta una emergencia.
Al otro día cuando me comuniqué con mi mujer le conté lo de mi regreso, ella vivió la ida, después de conversar un buen rato me dijo.Dale gracias a Dios que llegaste bien y vivo.
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Saludos a todos