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Rendición de Cuentas del general Juan Pablo Duarte

Transparencia y rendición de cuentas deberían ser dos de las principales divisas a exhibir en la democracia, sin embargo se puede afirmar que “brillan” por su ausencia en el firmamento “democrático” dominicano, a pesar de leyes y órganos creados para facilitar la información, supervisión y control administrativo-financiero del Estado.
Quienes ocupan funciones en el Estado deben estar a disposición del escrutinio público, y no confundir “lo suyo” con lo “de todos”. Aunque esto es una especie de mal, que para justificarlo dicen –normalmente algunos alabarderos- que es “endémico” e, inclusive, que es de “todo el género humano”.
Más, la corrupción no es un asunto que “está en la epidermis y los tuétanos” nacionales, sino en las entrañas de los que han ido al estado a “servirse” a sus anchas del erario, los que, por desgracia, han sido “los más”.  Personalmente, tengo pocas dudas: el boato, la compra de conciencias, el “deme lo mío”, las complicidades a casi todos los niveles, las zancadillas, el pragmatismo injustificado y las adhesiones incondicionales han sido “la divisa nacional” o, por lo menos, han dominado nuestra forma de hacer política y de ejercer el poder.
¿Cuantas riquezas civiles y militares no tienen forma de sustentación, no resisten la más simple investigación.  Algunas tan rimbombantes que “pican”, como bien dice el pueblo?.
Sin embargo, hay excepciones en nuestra historia al respecto (en Derecho dicen que “la excepción confirma la regla”).  Duarte, nuestro gran olvidado, quien solo es una cita al pie de algún discurso en el Congreso Nacional, dio ejemplo “real” de rendición de cuentas y transparencia en el manejo de fondos públicos, cuando aún se escuchaba el eco del trabucazo de Febrero.
Resulta que el 22 de Marzo de 1844 Duarte, con el título de General de Brigada, parte hacia Bani a juntarse con Pedro Santana para concertar un plan para atacar al General Riviere, quien estaba atrincherado en Azua, pero Santana “no estaba por la ofensiva”.
Ante la insistencia de Duarte por atacar, y el silencio del General Santana a la misma, Duarte decide escribir el 1ro. de Abril a la Junta Central Gubernativa lo siguiente: “Es por la tercera vez que pido se me autorice para obrar solo con la división que, honrándome con vuestra confianza el 21 pasado pusisteis bajo mi mando (…)” (Apuntes de Rosa Duarte, archivo y versos de Juan Pablo Duarte. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. Larrazábal Blanco y V. Alfau Durán, Segunda Edición, 1994, Editora Corripio C. por A., págs. 75-76). Como respuesta la Junta Central Gubernativa le envía una nota el 4 de abril en la que le pide que se ponga en marcha “con sólo los oficiales de su Estado Mayor” para la Capital de la República, llegando el Padre de la Patria el día 12 del mismo mes.SANTO DOMINGO, el 12 de abril de 1844, el General Juan Pablo Duarte devolvió al Tesorero de la República la suma de 827 pesos de mil Pesos que le había entregado la Junta Central Gubernativa cuando lo envió al Sur para que auxiliara al general Pedro Santana.
Juan Pablo Duarte fue enviado al Sur a petición suya, porque se preocupó cuando recibió la información de que luego de la Batalla de Azua o del 19 de marzo de 1844, Pedro Santana se retiró a Baní.
No obstante, el 4 de abril de abril de 1844, la Junta Central Gubernativa ordenó al general Juan Pablo Duarte regresar a Santo Domingo y le expresó que “su presencia es necesaria”.
Sin embargo, el motivo de la medida era evitar un enfrentamiento entre Juan Pablo Duarte y el general Pedro Santana.
Al regresar a la ciudad de Santo Domingo, el 12 de abril de 1844, lo primero que hizo Juan Pablo Duarte fue entregar una relación de gastos de su expedición en Baní, al Tesorero Nacional, Miguel Lavastida y Fernández, a quien devolvió 827 pesos de los mil pesos que había recibido de la Junta Central Gubernativa.
Luego de la batalla de Azua, el 19 de marzo de 1844, el general Pedro Santana se retiró a Baní, lo que causó inquietud entre las autoridades de la ciudad de Santo Domingo.
Por ello, Juan Pablo Duarte pidió a la Junta Central Gubernativa que lo autorizara a viajar a la región Sur para auxiliar al general Pedro Santana.
La Junta ordenó a Duarte que auxiliara al Jefe del Ejército, general Pedro Santana en su campaña contra los haitianos y lo autorizó a sucederlo en el mando en caso de que lo demandaran las circunstancias.
Duarte salió de la ciudad de Santo Domingo, el 22 de marzo de 1844 al mando de una columna organizada por el coronel Pedro Alejandrino Pina García. Llegó a Baní el día 23 de marzo.
Instaló su cantón en Sabana Buey, entre Azua y el valle de Peravia.
Al establecer contacto con el general Pedro Santana, Juan Pablo Duarte intentó hacerlo cambiar de estrategia para que aprobara lanzar a los dominicanos contra los haitianos que ocupaban la ciudad de Azua, pero Pedro Santana mantuvo su rechazo a las iniciativas de Duarte.
En cambio, pidió a la Junta Central Gubernativa que hiciera esfuerzos por lograr el apoyo político y militar de Francia.
Ante la negativa de Santana, Juan Pablo Duarte pidió a la Junta Central Gubernativa autorización para dirigir las operaciones contra los haitianos, pero el organismo de Gobierno no lo aprobó porque confiaba en Pedro Santana como jefe de las operaciones militares.
En lugar de acoger la petición de Duarte, la Junta Central Gubernativa le ordenó el 4 de abril de 1844 que regresara a la ciudad de Santo Domingo con su Estado Mayor.
Entonces, rinde cuentas el General Duarte sobre los gastos incurridos en su viaje a Bani, cito el texto integro de su hermana Rosa Duarte (págs. 76 a la 78), por no tener desperdicios, veamos:
“Abril 12.-
Llegado a Santo Domingo. Presenta a la Junta la cuenta de los gastos hechos por él en la expedición a Baní con las tropas que fueron bajo sus órdenes.
Cuenta que presentó el Gl. Jn. Pablo Duarte a la Junta Gubernativa acerca de lo gastado por él en la expedición a Baní.
Debe el General Duarte pesos mil que le fueron entregados para gastos de la división que fue bajo su mando al Cantón de Bani                         $1000
Haber
Marzo 23 Gastado en Haina                                                                   $ 1.00
Pitanza o sean raciones para el E. M. y agregados
a él desde su salida de Santo. Domingo. hasta su vuelta                            39.12
14 hombres (sin contarse él mismo) un peso de papel
blanco                                                                                                          1. 00
A ocho militares para. Pan o bastimento                                                 1. 00
Al Sargento. Caprí una ración atrasada                                                         50
Maíz                                                                                                             2. 00
Al Ban. Castillo, gratificación, por. su buen
Comportamiento. para. Con los habitantes, sin estar
racionado                                                                                                   10.00
1 lata aceite almendras                                                                              1.50
Plátanos para racionar las tropas                                                         2.00
Id.      Id.      Id.                                                                                             6.00
Un novillo    Id.                                                                                          20.00
½ qqt. azúcar                                                                                              4.00
4 platos de hoja de lata                                                                             4.00
Al Comte. Pina a Cta.                                                                               50.00
2 cueros para. las Cajas                                                                                 1.00
En velas                                                                                                        3.88
Al Capn. Martin Giron, enfermo                                                            16.00
A Ramírez, miembro de la Central                                                        10.00
——————
$173.00
——————-
Entregados al Tesoro                                                                           827.00
——————-
$1000.00
(…) Recibí del Gral. Duarte, la suma de ochocientos veinte y siete pesos, para. ser   entregados en la Tesorería de esta Ciudad.
M. Lavastida
12 Abril 1844.”
Este documento se basta así mismo, es una lástima que este gesto democrático y transparente de Duarte, como político y militar, no sea imitado por nuestros “dirigentes”.

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