SANTO DOMINGO.-La agria intervención en el Consejo Nacional de la Magistratura entre el Procurador General de la República Jean Alain Rodríguez y la magistrada de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán Brito, ha sido episodio más en su historial de diferencias.
Uno de los primeros capítulos de los roces fue la posición de la magistrada Germán en la audiencia de revisión de medidas de coerción a los implicados en el caso de sobornos, donde la jueza dijo que hay evidencias de que el Ministerio Público tiene dificultades para probar la acusación contra los imputados del caso Odebrecht, y advirtió de que si no mejora en eso, “no tendrán éxito en un posible juicio de fondo”.
“Abunda en ´yo creo, me parece´ y, en algunos aspectos, una tajante negativa. Se señala la actuación de un supuesto intermediario, en este caso la persona que está procesada, pero, aparte de la justificación para este procesado con respecto al concepto de los valores recibidos, no apreciamos que existen transferencias de dicho señor hacia otro procesado; es necesario aclarar que este argumento no significa que pongamos en duda la inocencia de ese procesado porque después de todo no hay una sentencia condenatoria”, indicó en julio de 2017, mientras se conocía la audiencia.
Luego se produjeron unas declaraciones de Laura Guerrero Pelletier, directora de la Procuraduría Especializada contra la Corrupción Administrativa (Pepca), en que dice que si la Suprema Corte de Justicia acogía la recusación en contra del juez Francisco Ortega Polanco se crearía un “descalabro y caos judicial”
La magistrada consideró esto como un insulto a los quince jueces que conforman la Suprema Corte de Justicia, porque con esas palabras los “coloca como favorables a la impunidad y a los procesados”.
Después de lo dicho por Guerrero Pelletier, Miriam Germán Brito advirtió al Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, que él y la directora del Pepca “corren el riesgo de que sus insultos, algunos por encargos, sean vistos como una proyección de temores y falacias”.
“Ustedes creen que todo se resuelve poniendo una implacable presión mediática, eso a la larga no funciona, además de que no es aceptable, parece como que su propósito fuera crear una pugna que nos lleve a un mal de fondo”, le dijo la jueza en una carta enviada el 2 de julio de 2018 a Rodríguez.
Germán Brito también agregaba que si llegaba a surgir un malestar de fondo seria creado por Rodríguez y por Guerrero y no por su persona.
“La incontinencia verbal de quien jerárquicamente depende de usted y por tanto usted es responsable, ni siquiera reparó en que su accionar la colocaba como pasible de violación a la Ley 6132, sobre expresión y difusión del pensamiento”, le dijo Germán Brito.
La Procuraduría luego aclaró que en ningún momento se refería a los magistrados de la Suprema, sino a algunos imputados del caso Odebrecht.
“Bajo ningún criterio la procuraduría; ni en esta ni otras discusiones, personalizaría una referencia de tal nivel de sensibilidad”, señala el organismo a raíz de las declaraciones contenidas en las cartas enviadas por la juez presidenta de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán Brito, al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán y al Ministerio Público.
Germán Brito recordó en junio del 2018 que de los procesados originales por el caso de Odebrecht, a ocho se les sacó de sus hogares con un despliegue de fuerza “como si se tratase de alguien del ejército islámico”.
“Creo que de un tiempo a esta parte, no solo esta Procuraduría General de la República se ha acostumbrado a irrespetarnos, y pienso que ello obedece a que nadie nunca ha recordado que son solo una parte en el proceso y que los jueces son terceros imparciales”, expresa Germán Brito en la carta dirigida al presidente de la Suprema el año pasado.
Este lunes el procurador cuestionó a Germán Brito señalando varios encuentros que ella ha tenido con Víctor Díaz Rúa, imputado en Odebrecht, y sobre propiedades que no declaró.
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