CHICAGO — No cabe duda de que el dominicano Sammy Sosa es uno de los mejores toleteros en la historia. Eso es evidente al comparar sus estadísticas no sólo con los jugadores élite de los Cachorros, sino también con los números de los mejores jonroneros en la historia de las Mayores.
Sin embargo, los votantes de la Asociación de Escritores de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés) no piensan que Sosa sea digno de ingresar al Salón de la Fama.
El martes, se revelaron los resultados de las votaciones del 2021 y Sosa — en su penúltimo año de elegibilidad — fue seleccionado en el 17% de las boletas. El también quisqueyano Aramis Ramírez, quien fue un destacado antesalista de los Cachorros por nueve años, no recibió los suficientes votos para volver a estar en la papeleta en el 2022.
Por primera vez desde el 2013, ningún jugador en la boleta consiguió al menos el 75% de los votos para ser exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown, Nueva York. El exlanzador Curt Schilling fue el que estuvo más cerca, consiguiendo el 71.1% en su noveno año de elegibilidad.
Derek Jeter, Larry Walker, Ted Simmons y el fallecido ejecutivo de la Asociación de Jugadores de MLB, Marvin Miller — quienes fueron elegidos en el 2020 — serán reconocidos durante una ceremonia en Cooperstown este verano. Las festividades del año pasado se suspendieron por la pandemia del COVID-19.
El próximo invierno, Sosa, Schilling, Barry Bonds y Roger Clemens estarán en la boleta de los votantes de la BBWAA por décima y última vez. Si ninguno logra entrar de dicha manera, las únicas esperanzas de los exjugadores serán por medio del Comité del Juego de Hoy.
La persistente interrogante en torno a Sosa y otros de su era es cómo consiguieron sus impresionantes números. Las décadas de los 90 y 2000 estuvieron marcadas por el uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Sosa ha sido incluido en las sospechas y críticas.
Lo único que vinculó a Sosa con el dopaje fueron los resultados de las pruebas anónimas en el 2003 que publicó el periódico The New York Times. La validez de dichas pruebas se ha puesto en duda, pero es evidente que eso fue un factor en los votos en torno a Sosa durante los últimos nueve años.
Sosa fue seleccionado en el 12.5% de las boletas en su primer de elegibilidad en el 2013, pero luego cayó al 6.6% dos años después. Aunque dicho descenso puso en peligro sus posibilidades en las votaciones, el cañonero ha visto sus números escalar en los últimos años. Sosa llegó al 13.9% en el 2020 y vio otro repunte en el 2021, consiguiendo su mayor porcentaje.
Lo que no se puede negar es el impacto que Sosa tuvo en la historia tanto de los Cachorros como de Major League Baseball. El oriundo de San Pedro de Macorís sigue siendo el único jugador en pegar al menos 60 cuadrangulares en tres campañas diferentes.
Sosa es el líder de vuelacercas en los Cachorros, pegando 545 de sus 609 bambinazos con el conjunto del Norte de Chicago. En 1998, Sosa cautivó al mundo del béisbol, junto a Mark McGwire, en la batalla por el récord de vuelacercas en una temporada que Rogers Maris había fijado con 61. Sosa terminó con 66 (por debajo de los 70 de McGwire) y fue reconocido con el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.
De 1998 al 2001, Sosa promedió 61 jonrones y 149 impulsadas por año, con promedio de .310 y OPS de 1.058. Con los Cachorros, fue convocado a siete Juegos de Estrellas, ganó seis Bates de Plata y remolcó 1,414 carreras (tercero en la historia del club). También tuvo 873 extrabases, un total de 3,980 bases alcanzadas (cuarto), 1,245 anotadas (sexto) y bWAR de 58.8 (sexto).
El slugging de .569 y OPS de .928 con los Cachorros lo colocan de segundo en dichas categorías en la historia de la franquicia, mientras que su índice de un cuadrangular por cada 12.8 turnos ocupan el primer lugar en la historia del club. La campaña de Sosa en el 2001 fue mejor que la de 1998, con bWAR de 10.3, 64 cuadrangulares, 160 empujadas, 146 anotadas y OPS de 1.175.
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