El día anterior, tres personas, una mujer y dos hombres, fueron arrestados como sospechosos del crimen y uno de ellos reveló a la Policía el lugar donde estaba enterrado el cuerpo y confesó haberla matado de dos tiros y obligado a cavar su propia tumba. El crimen habría tenido lugar el pasado 15 de noviembre.
Albach, de 21 años, fue vista por última vez el 14 de noviembre, cuando asistió a una fiesta en la ciudad de Florianópolis. De acuerdo al jefe policial Bruno Fernandes, de la División de Investigación Criminal, la joven, que residía en Fazenda Rio Grande, región metropolitana de Curitiba, llegó a Santa Catarina para asistir al cumpleaños de una amiga.
«Fue este vínculo el que la trajo [a la víctima] a esta casa en Santa Catarina. Vino a celebrar el cumpleaños de esta persona», explicó Fernandes.
Mientras tanto, el 13 de noviembre, la joven compartió una fotografía en sus redes sociales, revelando que se encontraba en Imbituba. Su familia confirmó que la chica emprendió un viaje a ese municipio con un par de amigos para pasar las vacaciones del 15 de noviembre. Sin embargo, sus conocidos aseguraron haberla visto por última vez durante la celebración.
«Estos amigos suyos dijeron que se fueron de la fiesta y no la han visto más», dijo el abogado de la familia, Michael Pinheiro.
No obstante, la Policía encontró «incongruencias en las declaraciones», lo que despertó la sospecha de su implicación en la desaparición de la joven.
Según Pinheiro, el último contacto que tuvo la familia con la joven fue la noche del 15 de noviembre.
«Envió un mensaje a sus padres, alrededor de las 20:40, diciendo que regresaría a Fazenda Rio Grande al amanecer. Desde entonces, no ha habido más noticias de ella.
El celular está apagado y Amanda nunca ha accedido a WhatsApp de nuevo», explicó el abogado.
La Policía comunicó que sus familiares notaron que su voz era extraña y que había viento en el fondo del audio. Uno de los detenidos confesó que el asesinato ocurrió momentos después de enviar ese audio.
La aclaración del motivo del crimen aún está en investigación, pero los agentes disponen de una hipótesis preliminar: «Uno de los investigados se sintió incómodo porque se dio cuenta de que Amanda le habría dicho a terceros que él estaría involucrado en el tráfico de drogas.
Incluso habría tomado una foto de un arma que tenía en casa y se la habría enviado a estas personas. No le gustó esta situación y por eso decidió quitarle la vida», comunicó Fernandes, agregando que el presunto autor del delito temía ser denunciado.
La Policía Civil no se ha pronunciado sobre la participación de los otros dos sospechosos en el crimen.
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