EP-.SANTO DOMINGO.-La mayoría de los dominicanos casi siempre tenemos un pariente o un miembro cercano de la familia que nunca ha pedido viajar a Estados Unidos a pesar de los esfuerzos que hicieron sus hermanos o los padres que por largo tiempo han vivido trabajando en la gran urbe para cambiar su estilo de vida, o uno que no quiso o no pudo estudiar a pesar de los regaños de la esforzada madre que lavaba y planchaba ropa para hacerlo un hombre de bien, otro que desde chiquito decía lo que iba a ser cuando creciera, y otro que metió la pata a temprana edad llegando a ser considerado la oveja negra de la familia.
Pero resulta muy extraños y digno de estudio sociológico que todos los hijos nacidos de un hombre serio y honesto como describió el expresidente Danilo Medina a su progenitor en el velatorio. No es digno que todos los hijos Medina Sánchez traicionarán la memoria de ese viejo roble oriundo de Arroyo Cano, un afanoso agricultor que con sus manos callosa junto al abuelo de sus hijos hacían parir la tierra trabajando de sol a sol para sostener a sus descendientes y hacerlo hombres y mujeres de principio. Cómo ve eso es algo que hay que estudiar a fondo para investigar el por qué estos hombres y mujeres hijos y nietos de dos ancianos nonagenario, criado en un campo atrasado del sur a fuerza de sacrificios, chancletazos y hasta palos de vez en cuando según conto el expresidente, hijos, que cuando probaron las mieles del poder sufrieron una descomposición tan enorme como la misma montaña de Bohechio lugar muy cercano al pueblo que vio nacer a esta caterva de hermanos que por sus malas acciones hoy están en el ojo del huracán al no poder demostrar la enorme fortuna que poseen. Pero no solo ellos mancharon el nombre de su ilustre padre, también hay involucrados en caso de corrupción los esposos de la hermana del ex-mandatario dominicano.
Este caso me recuerda lo que una vez me dijo mi difunto padre un día cuando regresábamos a la casa y en el camino encontramos un gigantesco árbol de guayacán derribado por el viento, al ver el árbol caído yo le exprese que pensaba el que por la dureza ese del árbol creí que era capaz de resistir una tempestad, el viejo se me quedó mirando, se pasó la mano por la cabeza y dijo: "sabe hijo que hay árboles que aunque sean de Guayacán puede ser derribado si no creció en tierra firme o tiene las mayoría de sus ramas dobladas.
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El Periodiquito Oriental
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Saludos a todos