Por Ramón Sanchez.--El mejor periodista dominicano no es aquel que obtiene las mejores calificaciones al momento de su graduacion, ni mucho menos es aquel que después de recibir su titulo recibe una beca del gobierno para continuar sus estudios en las mejores universidad del nuevo mundo, no, el mejor periodista de todo los tiempos es aquel que no viola sus principios ni se mancha con el peculado y se esfuerza para que de su pluma salga una verdad irrefutable aunque muchas veces tenga que poner en riesgo su vida.
El mejor periodista no es aquel que anda en carro de lujo con chófer y seguridad o que posea mansiones y hasta par de villa en Cap Cana, entre ambas cuestan tanto dinero que no puede explicar como las obtuvo.
A mi entender, el mejor periodista es aquel que no se vende como si fuera una prostituta a cambio de tergiversar los hechos.
Hoy en día, es difícil encontrar un especimen que reuna las condiciones de honesto e imparcial, pero de que los hay, los hay, a ese periodista usted jamas lo va ver haciendo alarde de las condiciones expuesta anteriormente, ese comunicador todavía anda a pie porque su esposa lo convenció para que vendiera la Vespa Grand Sport por el peligro que representa este tipo de transporte, o quizás tenga un anafe al que lo nombra automovil que le da tanto problemas o mas que el que da un sueldo cebolla a un cabo de policía. Ese periodista no es conocido porque no asiste a los grandes eventos que organizan las autoridades.
A ese periodista no lo invitan a los almuerzos pomposo en hoteles cinco estrellas por que sus única dos chaquetas han acabado con la vida util de docenas de pantalones, y por que el medio para el que escribe su cronica es considerado un periódico de poca monta.
El periodista al que hago referencia aun tiene sus hijos en la escuela publica, el mas mayor estudia agronomia ya que esta carrera es gratuita, no tiene domestica en su casa y vive alquilado en uno de esos barrios de la parte alta de la ciudad, para cubrir sus gasto de salud, tiene el seguro Senasa para cualquier contratiempo,
aun con esas precariedades se le ve caminar por esas calles de Dios con la frente en alto, eso si anda orondo con su cámara Nickon a cuesta: En la parada sube a la Onsa, ya dentro se le ve feliz conversando con los sudorosos obreros que regresan de cumplir su horario de 8 a 5 en la zona franca, allí se siente orgulloso por que ni siquiera dentro del verde autobús encuentra a alguien que se atreva a señalarlos y mucho menos a acusarlo de ser un ladrón y mucho menos un corrupto.
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Saludos a todos