ESTADOS UNIDOS-.Donald Trump está dispuesto a hacerse con Groenlandia. Y no quiere que nadie se interponga en su plan. Así, las purgas han llegado a la isla ártica.
La primera víctima ha sido la persona al cargo de la base espacial que Estados Unidos tiene en territorio groenlandés, la coronel Susannah Meyers. Ayer, las autoridades militares comunicaron su despido por “la pérdida de confianza en su capacidad para dirigir”, sin entrar en más detalles de los motivos del cese. Sin embargo, el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, fue más explícito en un mensaje en X en el que afirmaba que el Departamento de Defensa no toleraría “acciones que socaven la cadena de mando o subviertan la agenda del presidente Trump”.
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