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La cirugía estética vaginal se ha vuelto cada vez más popular. Los científicos han concluido que dicha fama se debe quizá a lo poco que se conoce sobre sus riesgos.
El fin: obtener una vagina perfecta, pues aunque las mujeres se acercan a los quirófanos por motivos físicos y psicológicos, la realidad es que las arrastra más un asunto meramente estético. Porque hacerlo está de moda.
Así lo confirma un estudio publicado en una revista Internacional de Ginecología y Obstetricia, en el que se concluyó que la mayoría de las mujeres intervenidas no necesitaban de la operación porque el tamaño de su vulva estaba dentro de lo establecido como normal.
Según el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) de Reino Unido, el año pasado se llevaron a cabo unas 2.000 labioplastias en este país y en los últimos cinco años las operaciones se han multiplicado cinco veces, según se recoge un reportaje publicado por la BBC.
A los investigadores les preocupa que no se le esté brindado el apoyo necesario a la mujer antes de optar por la cirugía y que éstas conozcan poco sobre los efectos secundarios a largo plazo que podrían padecer a causa de la intervención quirúrgica en su vagina.
Es importante destacar que a pesar del auge de la labioplastia vaginal, no hay una regulación que dicte cual es el tamaño y la forma ideal que deben tener los genitales femeninos para ser considerados normales.
Riesgo
Los estudios arrojan que las principales consecuencias negativas de esta operación son el daño de los nervios del área, afectando la sensibilidad y la satisfacción sexual. La ginecóloga Sarah Creighton, investigadora sobre los riegos de la cirugía estética vaginal, sugiere que además podría sufrir de problemas en el parto, como desgarro y hemorragias.
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