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Por Ramón Sanchez
Santo Domingo.-A principio de la década del 70 me vi precisado a esconderme, elegí lo que pensaba era el mejor lugar para hacerlo, la casa paterna allá en la lejana Sabaneta de Yasica un campo maravilloso por la vuelta de la provincia de Puerto Plata, días después me di cuenta que fue un gran error.
En fin, no tenia otra alternativa.
Como era natural la disparidad de criterio existía entre hermanos y primos, y muchas veces, cuando nos juntábamos hasta el viejo opinaba y a veces con grandes acierto.
Recuerdo que en una de esas conversaciones se planteo el tema de las construcciones en la era de Trujillo y la de Balaguer ya que de acuerdo a algunos entendido en el puente no se usaron los materiales adecuados. En ese entonces Balaguer gobernaba el país con mano dura.
Para la época estaba en construcción el puente del lugar, ya casi la obra llegaba al final y como era normal no faltaban los opinadores, algunos sin ningún conocimiento, pero creía que lo decía era lo correcto.
El viejo no se quedaba atrás.
En una de esas interminables reuniones yo le recordé a mis parientes que en tiempo del tirano había muchas cosas malas y que solo el tenia el derecho a apoderarse de lo que no era suyo, pero lo hacia violando los derechos del pueblo dijo uno de mis primos, fue entonces cuando intervino mi padre, después de echar par de copasos, aun con el humo entre la boca señalo: pienso que ustedes tienen razón en algo de lo que dicen, la diferencia es que ahora roba todo el que quiere y nadie hace nada, y cuando yo digo que hace falta Trujillo no es para que arranque pescuezo es para que ponga regla que desde hace tiempo eso de poner orden en este país se lo comieron los burros.
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Saludos a todos