SANTO DOMINGO--Nombrada así por Cristóbal Colón, la Isla Catalina es un refugio de biodiversidad y además, dueña de una impresionante belleza. Ubicada al sur de La Romana, se llega a ella en un catamarán, primero pasando por un banco de corales, donde se puede practicar snorkeling y apreciar la belleza de sus arrecifes.
Numerosas aves y mamíferos han hecho suya esta isla. Una gran variedad de peces, complementan el espectáculo visual, que se puede apreciar mejor si eres amante del buceo. Animales exóticos como los mapaches y liebres salvajes, viven allí dejándose fotografiar por los visitantes, pero manteniendo distancia con ellos. De junio a octubre, las Tortugas Carey vienen a anidar a estas playas.
Durante un recorrido con la agencia Mr. Tours, un grupo de comunicadores conocimos Isla Catalina, y disfrutamos de sus cristalinas y azules aguas. Es todo un remanso de paz! La experiencia se vive tan solo con sentarse en una tumbona en sus arenas blancas, a contemplar lo paradisiaco del lugar, apreciar los cocoteros y la brisa fresca. También se puede explorar los senderos de la isla.
Sus cálidas y tranquilas aguas nos invitaron a adentrarnos en ella. El sol nos dio la bienvenida. Al salir, una rica agua de coco nos refrescaba y un delicioso almuerzo preparado en el lugar, nos aguardaba.
Isla Catalina fue creada mediante el Decreto 305-95. Incluye la isla y la franja marina que la rodea, que se extiende desde la línea de costa hasta 500 metros mar adentro. Esta área cuenta con un administrador y dos guardaparques para efectuar el programa de control y vigilancia. La isla está deshabitada y forma parte del Parque Nacional del Este, pero tiene la infraestructura para recibir a los turistas y locales.
Tiene tres playas: del Oeste, del Norte y del Este. En la actualidad solamente se utiliza la del Oeste. Además de las playas antes mencionadas, que ocupan más de dos terceras parte de su litoral, tiene costas rocosas muy singulares, las cuales bordean su parte meridional, formando farallones en algunos casos y acantilados en otros. Sus mayores visitantes son los turistas de cruceros.
En la costa de la isla, está cubierta de arrecifes de coral, peces exóticos, estrellas del mar y otras coloridas especies para deleitar los ojos. Apenas 15 kilómetros cuadrados de superficie, constituyen una paradisiaca isla por su impresionante belleza y fauna marina. Plantas como el almácigo, cayuco, uvero y quiebra hacha son algunas de las variedades de árboles existentes.
“La experiencia de la Isla Catalina, es ideal para vivirla con amigos y familiares, disfrutando de sus playas vírgenes, sus manglares y su rica biodiversidad. Los amantes del ecoturismo, aquí encontrarán un refugio”, indicó Activil Modeste, presidente de Mr. Tours.
Catalina también es perfecta para los amantes del buceo o el snorkel, para practicarlo en “El Muro”, que es uno de los mejores lugares del Caribe para bucear, rodeado de corales y esponjas de mar. Este tiene una profundidad de más 100 metros y se puede descender hasta 14 metros de profundidad. El Acuario es otro punto importante de buceo aquí, ya que sus favorables condiciones climáticas garantizan una inmersión sin dificultades.
Museo vivo
Frederick Hanselmann, investigador arqueológico de la Universidad de Indiana, tras el aviso del descubrimiento hecho por unos buceadores en un entorno de la Isla Catalina, encontraron lo que se cree que son los restos del barco francés “Cara Merchant”, el que asaltó el capitán Kidd con un cargamento de oro. La posterior investigación arqueológica, dirigida por el profesor Charles Beeker, ha permitido identificar la paternidad del barco, logrando el nacimiento del primer Museo Vivo del Mar Capitán Kidd, donde los cañones y otros artefactos del pirata están expuestos a la vista del público bajo el agua. Lleva este nombre por la biodiversidad de arrecifes coralinos y peces que se han desarrollado en su entorno.
La realización de este museo fue una iniciativa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Universidad de Indiana, la Oficina Nacional de Patrimonio Cultural Subacuático (ONPCS) del Gobierno de República Dominicana, el Consorcio Dominicano de Competitividad Turística (CDCT) y la cadena hotelera Viva Wyndham Resorts. El museo submarino tiene menos de 10 metros de profundidad y está a sólo 70 pies de la costa. En él se da la oportunidad de ver los restos de un barco que data del siglo XVII.
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