Por Ángel Manuel López González.
1- Está fuera de su zona de confort, ya que su fuerte no es la comunicación política, ni ser entrevistada, casi siempre había jugado el papel de entrevistadora en el área de la farándula y el arte. (Política y Arte son cosas muy diferentes)
2- Tiene la presión de ser cuestionada ante cualquier error por el hecho de ejercer una función pública, una carga emocional que no tenía en el área del arte y la farándula. 3- Puede ser que antes de ese encuentro haya tenido algún disgusto, discusión, momento de estrés o desafecto que le llevara a perder la concentración. (Antes de una entrevista pública hay que cuidar la ecología emocional) 4- Si hubiese estado entrenada para ser entrevistada por la prensa política, hubiese podido prever las posibles preguntas y respuestas, siempre hay que estar preparado para las preguntas capciosas o las preguntas sobre temas que desconoces.
5- El miedo escénico mediante sustancias químicas bloquea el acceso al hipocampo que es la región del cerebro donde se aloja la memoria a corto y largo plazo y no le permitió entender la pregunta que le hicieron aun siendo tan sencilla. Su mente quedó en “blanco” y siguió hablando en automático. (Existen técnicas para resolver eso)
6- Se le olvidó que un entrevistado no está para responder todas las preguntas, su misión es dejar un mensaje central que al final es la razón principal de la entrevista.
7- Es probable –porque es humana- que no se deje asesorar por asuntos de ego y está pagando el precio por eso. (Esa es una posibilidad, no necesariamente es así) 8- Debe aprender a usar frases evasivas tales como: “Estamos analizando esa situación y vamos a tomar medidas”, “Muy interesante tu pregunta, son de las cosas que estamos evaluando “, “Lo del metro es algo que nos preocupa, créeme que cada día estamos analizando esa dinámica, la siguiente pregunta por favor”.
Un comunicador es como un militar, debe estar entrenado para situaciones incomodas.
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Saludos a todos