Estos estafaban a través de llamadas que les hacían desde República Dominicana, para darles informaciones sobre falsos accidentes y arrestos de los nietos y convenciendo a los ancianos a enviarles 300 mil dólares en cantidades separadas.
Los fiscales dijeron que Durán residente en Nueva York y Velázquez que vivía en Reading, Pensilvania, eran usados por los estafadores para recoger gran parte del dinero y enviarlos a la RD.
Los dos se declararon culpables por la estafa a los abuelos.
Además de las llamadas, usaban los correos electrónicos de los ancianos, según dijo la fiscal federal interina del distrito de Pensilvania, Jennifer Arbittier Williams en un comunicado.
Admitieron las estafas ante el juez federal Mark A. Kearney por múltiples cargos de fraude postal.
Los cómplices de Durán y Velázquez con sede en la República Dominicana llamaron a las víctimas de edad avanzada en todo Estados Unidos haciéndose pasar por nietos, o abogados de los nietos, diciéndoles a los abuelos que habían sido encarcelados después de un accidente automovilístico y necesitaban dinero para pagar abogados, médicos o fianzas.
En un caso, a una víctima se le dijo que el conductor de otro vehículo era una mujer embarazada que murió.
Los estafadores hicieron que las víctimas enviaran grandes cantidades de efectivo o giros postales a varias direcciones y luego interceptaban a los que hacían las entregas para dividirse las ganancias.
Los giros postales fueron cobrados por Velázquez en Reading y por Durán en Jamaica, Queens, añade el comunicado del Ministerio Público.
“Tales crímenes son particularmente a
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