EP-.NACIONES UNIDAS.- Tras el derribo del avión Il-76, que transportaba prisioneros de guerra ucranianos, por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la provincia rusa de Bélgorod, el régimen de Kiev hizo «intentos primitivos y cobardes de eludir la responsabilidad de este crimen», declaró el representante permanente adjunto de Rusia ante las Naciones Unidas, Dmitri Polianski, en una reunión del Consejo de Seguridad.
De acuerdo con Polianski, los resultados de la investigación preliminar del incidente indican que se trata de un crimen deliberado. «Todos los datos que disponemos hoy indican que estamos ante un crimen deliberado y meditado. Los dirigentes ucranianos sabían perfectamente la ruta y el método de transporte de los soldados [ucranianos] hasta el lugar del intercambio preacordado», afirmó.
Añadió que «por alguna razón inexplicable para cualquier persona cuerda, el régimen de Kiev decidió interrumpir el intercambio de prisioneros de la forma más bárbara posible».
«A través de estos actos monstruosos, el régimen de Vladímir Zelenski ha demostrado una vez más su carácter inhumano y su absoluta incapacidad de negociar», dijo, señalando que no es un secreto para nadie que «está dispuesto a sacrificar a sus ciudadanos por los intereses geopolíticos occidentales».
Polianski agregó que ahora es importante entender si se trata de acciones descoordinadas de los militares ucranianos o de la iniciativa independiente de alguien más, o de un «deliberado y bien pensado crimen que no encaja en ningún sistema moral de coordenadas».
«Sin embargo, todo lo que vemos hasta ahora son intentos primitivos y cobardes de los dirigentes ucranianos, contrarios a los hechos evidentes, de eludir la responsabilidad de este crimen», afirmó, subrayando que actuando así «se están enterrando en su mentira cada vez más».
Recordó que, tras la aparición de los primeros reportes sobre el suceso, varios medios ucranianos casi informaron, citando a sus fuentes, que el avión fue derribado por el Ejército ucraniano, pero posteriormente eliminaron esta información, después de que se diera a conocer que prisioneros de guerra ucranianos se encontraban a bordo.
«Cuando surgió la información de que estaban sus propios prisioneros de guerra a bordo, el régimen de Kiev entró en pánico y comenzó a cubrir febrilmente sus huellas», destacó.
Además, el funcionario informó que, según la investigación preliminar, para este «acto terrorista» se utilizaron sistemas de misiles tierra-aire (SAM).
Precisó que hay datos que indican que se trata del sistema móvil de defensa antiaérea Patriot, estadounidense, o del sistema de defensa antiaérea alemán IRIS-T.
Subrayó que si esos datos se confirman, los aliados occidentales de Kiev que suministraron tales armamentos «serán cómplices directos de este crimen».
Según sus palabras, no hay duda de que los aliados occidentales de Ucrania también intentarán justificarla. «A ellos, al igual que a los dirigentes ucranianos, no les importan en absoluto los muertos rusos y ucranianos, que para el Occidente colectivo no son más que personas de segunda clase y material prescindible en la cruzada geopolítica contra Rusia», manifestó.
El Il-76 transportaba a 65 prisioneros de guerra de las Fuerzas Armadas de Ucrania y a tres militares rusos que los acompañaban cuando fue derribado el miércoles sobre la provincia rusa de Bélgorod. Además, a bordo de la aeronave se encontraban seis miembros de la tripulación. Todos los ocupantes del aparato fallecieron.
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