“CULELÉ”,

POR Manuel E. Roa P

Porque le decían “CULELÉ”, bueno, quizás le dicen, la verdad hace mucho no le veo, pues, no he sabido nada de el por mucho tiempo, era un colega de Sarrín, Domingo Peña, Sandino, Vitelio entre otros de esos que gustan empinar el codo lubricado con “CLEREN”. Ese conjunto de codo empinado era muy amplio, yo no tengo memo para recordarlos a todos, bueno, entre ellos habían algunos muy tacaño con su bebida, yo escuchaba decir entre ellos, que algunos preferían regalar sus hijos y no su ron, por ejemplo, entre los más duro con de ceder estaban Sarrín, Juanelo y otro que acompañaba a Botón, que no recuerdo su nombre (mis excusas).

Contaban que Sarrín era tan tacaño con su bebida, que algunas veces estaban todos bebiendo, pero él tenía planeado irse para su casa, entonces se compraba un pote (así se hablaba) escondido de sus colegas y lo escondía entre su ingle y el pene, de modo tal que no se notaba absolutamente nada, luego, se limpiaba el pico, (así se decía Domingo Peña) al terminarse la botella que todos compartían y se iba como quien no quiere la cosa. Bueno, en ese momento, casi a coro gritaban “A JODER A OTRO”, se miraban en señal de triunfo y encargaban a CULELÉ de adquirir más lubricantes, digo, CLEREN. Bueno, él era el más indicado, pues, esta alucinógena bebida era de origen clandestina y contrabandeada desde Haití, y resultaba que era muy común en la vecindad de CULELÉ, por que el suplidor sentiría confianza con clientes como él, pues, en Jimaní “UN CULELÉ” es un sujeto “ACOÑAO” (Así decían las Doñas del pueblo) algo tonto, sin embargo, debemos decir que “EL CULELÉ que yo conocí no tenía esas características, sino, era un tipo atento y avispado, pues, si mal no recuerdo era cácher de unos de los equipos de softball.

En Jimaní, solo un “UN CULELÉ” no era ningún pendejo, precisamente “CULELÉ” son las paradojas de la vida, hay cosas que son y otras que no son aunque parezcan que son, no son. En mucho lugares del Sur, se juega domino, pero en Jimaní no, pero se bebe CLEREN, me diría uno de aquí, que no se queda atrás, aquí naiden se queda atrás, solía decir Doña Coshé, eso es lo que le da sabor a los pueblos, esas cosas que le caracteriza, los particulariza y hasta lo define o identifican, en fin, cada lugar del mundo tiene sus particularidades, que los hacen único. Lo que debemos de hacer sus habitantes en poner el sello, es decir, patentizarlo, venderlo y sacarle provecho por el bienestar de la comunidad….Un abrazo y allá nos vemos.

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